Enriqueta Compte y Riqué fundó en 1892 del primer Jardín de Infantes de nuestro país y de América Latina, situación que constituyó una vanguardia pedagógica a nivel internacional. El centro educativo, que actualmente lleva su nombre, fue dirigido por ella hasta 1942, cuando se retiró de sus funciones docentes. Uruguay Educa brinda homenaje a esta Maestra brillante, considerada por muchos como una adelantada de su época y constructora de identidad para el área de Educación Inicial.
Entrevistamos a la Mtra. María del Carmen Segovia, directora del Jardín n.º 213 hasta mediados del presente año, quien se refirió a la personalidad de Enriqueta y a su legado.
Entrevistamos a la Mtra. María del Carmen Segovia, directora del Jardín n.º 213 hasta mediados del presente año, quien se refirió a la personalidad de Enriqueta y a su legado.
María del Carmen, tú has sido durante muchos años directora del Jardín n. º 213 Enriqueta Compte y Riqué. Queríamos que nos brindaras información acerca de la figura de esta importante maestra y del museo que se proyectó en honor a su memoria.
En el año 2007 nosotros iniciamos un proyecto, porque veíamos que la figura de Enriqueta y todo lo que estaba en el Jardín estaba guardado, sin darnos cuenta de lo que realmente teníamos (los uruguayos realmente no valoramos las cosas que tenemos). Yo había sido maestra muchos años allí sabía que había cosas. La secretaria también hacía muchos años que estaba allí, al igual que la mayoría de los docentes. La institución había tenido muchos deterioros y nosotros empezamos a rescatar el material que había de Enriqueta. El año 2007 nos pareció que era importante, porque se cumplían los 115 años de la inauguración; y era importante hacer una muestra con conferencias y otras cosas.
Nos dimos cuenta de que había que hacer un museo. Pero no un museo que rescatara solo lo material, como libros, sillas y ese tipo de cosas, sino también, al ir leyendo, había que rescatar el museo intelectual, la obra intelectual de Enriqueta.
Empezamos unas a limpiar y a organizar todo el material y a leer. Es valiosísimo lo que hay. Los libros de Enriqueta los poseemos todos si queremos porque vamos a la biblioteca y los tenemos. Son cuatro o cinco obras. En realidad el valor más grande está dentro de los libros, no tanto en los [libros] diarios… los famosos copiadores de notas. Los copiadores de nota tienen un caudal enorme de toda su obra y su pensamiento porque muchas cartas que ella manda… se reflejan en los libros.
Allí empezamos a estudiar y vimos, por un lado, la importancia de su trabajo, y vimos que no era una mujer que solamente hubiera sido importante para la educación. Ella fue importante desde muchos puntos de vista. Pero hay tres que la destacan fundamentalmente. Por un lado, lo educativo, por el Jardín y por la parte formativa de los docentes. Ella es la primera que habla de la Facultad de Pedagogía, con total vigencia de lo que hasta ahora se ha dicho. Porque cuando yo estudiaba en los Institutos Normales, la Facultad de Pedagogía salió como un boom, que no ha llegado a ser nada porque había un sector que la apoyaba y un sector que no. Y en aquel momento también, ella la defendía y había quienes no la defendían. Y las justificaciones a eso son prácticamente las mismas.
Era defensora de que cada institución tuviera su educación y que el Estado la subvencionara; que pagara la educación pero que no fueran todos los programas iguales, o si había un programa igual, que se pudiera adecuar en cada institución, que eso tantas veces lo hemos dicho todos.
Se destacó como mujer, en la parte social, porque ella defendió a los huérfanos, a los presos, a los alcohólicos, fundó la Liga Antituberculosa, y defendió el voto femenino. Hay una serie de cosas que la presentan, no solamente como una pedagoga, sino como una mujer metida dentro de lo que es la sociedad. Estuvo en la Comisió para la Paz, como ella era española, también hizo su aporte en las guerras españolas con algunos escritos y la defensa [de la paz] desde acá.
Hay que ver que fue investigadora, porque fue la primera persona en educación en Uruguay que trabajó con las biografías escolares, biografías escolares que fueron tan importantes y que nadie le da la importancia que tienen, son nuestro antecedente a las fichas, a los legajos, a los porfolios y a lo demás y demás, que bueno… fuimos modernizando, pero ella es nuestro antecedente.
No solo es antecedente para nosotros, porque cuando Montessori (que nunca visitó Uruguay), visitó Argentina, Enriqueta se entrevistó dos o tres veces con ella. Ella viajaba mucho a Argentina, a Buenos Aires, y en uno de los viajes, Montessori, cuando lee sus biografías, le dice que ella había investigado como psiquiatra en Europa solamente una parte del niño, pero lo que veía en estas biografías, que Enriqueta poseía, era que ella hacía una investigación del niño en su totalidad, porque hablaba de lo físico, decía de alguna niña «es bonita…mantiene sus rasgos característicos…es alta, esbelta»; hablaba de lo intelectual, cómo había reaccionado al principio y cómo había ido cambiando, el carácter, de las distintas situaciones en que el niño iba avanzando en el conocimiento. Montessori le dice que ella está segura de que es la primera investigación sobre niños hecha en todo el niño globalmente. Y le pide, para el próximo viaje que ella hiciera a Buenos Aires,llevarse biografías de Enriqueta para poderlas exponer en Europa. A todo esto media la guerra, eso queda sin efecto, y por eso no fueron divulgadas en Europa. Pero para nosotros es muy importante su figura.
También trabaja en política y en la parte gremial, porque defiende a los maestros permanentemente. Enfrenta a los distintos Consejos de Educación y en esas cartas oficios o memos que ella manda generalmente hay un enfrentamiento y una defensa de la educación de los maestros, de las necesidades escolares, aunque ustedes no puedan creer, Enriqueta desde sus años ya luchaba con los canalones del Jardín porque se llovía; los enfrenta frontalmente. Y también con el horario de los docentes, defiende los días que los docentes tienen que tener… tanta es su reivindicación que cuando ella muere, es velada en tres distintos lugares: es velada en el Jardín, como docente del Jardín; es velada en los institutos de formación, donde había sido su directora. No es que no haya podido seguirlo siendo sino que renunció porque se dio cuenta que le gustaba más estar en el Jardín. Y es velada en lo que era en aquel momento la sede del gremio. Una directora que estuvo en la institución lo describe muy bien en el Libro Diario diciendo que allí se recoge el pensamiento de Enriqueta y su solidaridad porque en los tres niveles era aceptada, respetada y querida.
Y además es maravilloso pensar, como mujer, que en los años mil ochocientos noventa y pico se enfrentaba con las jerarquías superiores, porque eran todos hombres. Son muchas las mujeres que van llegando; y ella es una de las primeras.
Nos dimos cuenta de que había que hacer una investigación de su trabajo en la institución y fuimos descubriendo cosas maravillosas. Por un lado las biografías escolares, que era su investigación. Fue tal su visión que la empezaron a hacer en un cuadernito los maestros. Lo dice en el primer discurso, cuando se inaugura el Jardín; les dice a los docentes que el niño debe ser estudiado desde tres puntos de vista: físico, mental o intelectual y moral. Está allí el discurso, dentro de la institución, y en los libros creo que también está.
Después fuimos ahondando en qué cosas hacía en la escuela. Ella viaja a Europa y en su viaje recorre jardines y no viene y copia un modelo; viene y hace un modelo. Lo explica muy bien en los libros, dice que ella no puede copiar un modelo froebeliano porque Uruguay no es la Alemania de Froebel ni de cualquiera de los países de Europa. Dentro de los modelos que visita, los que más le llaman la atención son los de Amberes, Bruselas; son los más acordes y en el libro incluso están hasta los planos que trae de esos jardines para poder hacer el nuestro. Hace el Jardín a su gusto con los arquitectos de Primaria. Primero funciona en la calle Agraciada 424, un local que actualmente no sabemos exactamente cuál es, pero la foto está en el museo. Como la numeración cambió, ahora tiene cuatro números, pensamos que es una casa depensión con balcones de mármol.
Con los arquitectos empieza ella a diagramar cómo tiene que ser. También está el croquis en el Jardín. En la casa de Agraciada había hecho una fuente, (está la foto dentro de los libros), que es bebedero, sirve para el lavado de manos y tiene varias funciones. La quiere trasladar a este otro local. Y otra cosa es hasta el plantado de una palmera. Nosotros tenemos allá una tarjetita que ella le manda a Roger, que era inspector de turno del momento; le manda el croquis de dónde tiene que plantar la palmera, cuando está visitando a su hermano, desde Buenos Aires. Era una tarjetita que nosotros la tenemos, con puño y letra de Enriqueta en la que había dibujado la palmera.
Después hubo algunas lluvias que deterioraron la sala [del museo] y las chiquilinas tuvieron que cambiar las cosas, que esperamos que se termine de arreglar porque el museo había quedado muy lindo.
Volviendo a ella, era tal el énfasis que ponía en cada una de las cosas; estaba en todo, era su vida. Vivía para eso. Creo que lo hacía con un amor, realmente digno de decirlo, sin duda.
¿De que manera la obra de Enriqueta Compte y Riqué constituyó la identidad del área de Educación Inicial en nuestro país y en América Latina?
Ella es el área. Hizo el primer Jardín. Y un país que se nutrió mucho de este modelo es Chile. Ahora nosotros le pedimos cosas.
Ella envía el modelo; viene un Inspector a verlo. Fueron fabulosas las visitas que hay. Nosotros tenemos un registro hecho con la secretaria.
Venían de todas partes del mundo a ver el Jardín: presidentes, ministros, gente de la educación, cualquiera que llegaba, de cualquier área, visitaba este Jardín, porque era una cosa fabulosa. Dentro de América no había ninguno.
¿Cómo realizó Enriquetala adaptación de las ideas educativas innovadoras que conoció en Europa, enmarcadas en la Pedagogía a nuestra realidad?
Ella discute que [el Jardín] es la primera Escuela Nueva en Uruguay. Atiende varones y niñas, que en aquel momento no existía eso. Lo otro que hace es la atención a la diversidad, porque a ella no le importa qué niño sea; atiende a niños con muchos problemas.
Después lo escribe en el librito más lindo que tiene, Lecciones de mi escuela. Allí se ve permanentemente cómo ella atiende a los niños con problemas y se los lleva a su escritorio, que no estaba donde está ahora, sino donde está la secretaría y al lado está la biblioteca; eso lo descubrimos después. En el salón donde nosotros pusimos la biblioteca, y que otras veces hubo clases, ella tenía todo un mobiliario con mesas y bancos. Dónde funcionaba el Laboratorio de Pedagogía es en la salita de afuera. Lo pudo hacer después que se retiró, porque es lo que le pide al gobierno, cuando se retira: rescatar todas las biografías, que se las den, para hacer un acopio de eso y que le armen un lugar donde estar.
Atiende, al lado de su escritorio, a los niños con problemas. Es así que atiende a la diversidad por primera vez. En una de las Lecciones de mi escuela, narra de un niño que se va de la clase al patio, y otro niño le viene a avisar. Ella le pide que trate de traerlo. Al final el niño viene solo. Y entonces ella le pregunta por qué se fue de la clase. Y él le explica que se va de la clase porque la maestra hace leer, y él no puede leer. Pero no está solo, está con otro. Y el otro le dice que se va de la clase porque la maestra siempre hace leer lo mismo, y eso él ya lo sabe. ¿Qué hace ella? Lo que hacía permanentemente: trabaja con la pedagogía del incidente, que para nosotros es esa pedagogía en la que tomamos cosas nuevas [emergentes]. Va a la clase y habla con la maestra y les pregunta a los niños qué están haciendo y están todos leyendo la misma página; le pide a la maestra que mientras ella lee con esos niños que tienen problemas, los otros salgan afuera, a uno de los corredores, con otro tipo de actividades.
Se podría afirmar que algunas de las innovaciones de su propuesta educativa son: el tratamiento de ambos géneros, la pedagogía del incidente y la atención a la diversidad. Una atención distinta a cada niño. La diversidad que cada uno tiene de conocimiento y de pensamiento.
También el tema del género. Ella defiende a la mujer desde el Jardín. La pone en igualdad [de condiciones] al defender el voto de la mujer y al estudiar en una Facultad de Pedagogía. Son innovaciones.
Se dice que la primera Escuela Nueva en Uruguay es la de Malvín y la otra es la de Las Piedras. Pero [Enriqueta] dice que ya estaba la Escue la Nueva porque el Jardín tomó el nombre de Jardín [de Infantes] de Froebel. Pero no es un Jardín porque además no para a los tres, cuatro y cinco años; llega a tener niños de hasta diez años. Empieza hasta con siete años y después le agrega otro año, y después le agrega hasta los diez años y de ahí los alumnos van a las escuelas de mujeres y de varones.
Dice en los libros que ella tiene el antecedente de [crear] una Escuela Nueva. ¿Por qué? Porque los niños allí tienen libertad; tienen felicidad; vuelven a la escuela a contarle, cuando se van. El ambiente es muy especial. Los niños no trabajan solamente escribiendo; tenían un Jardín donde tenían su quinta y plantaban, donde investigaban permanentemente. Hay fotos de esto.
Ella se apoya en el marco pedagógico de la época y lo trasciende al tomar una actitud que ¿podría definirse como crítica?
Totalmente crítica. Y además fue cambiando su plan; empieza de una manera y lo va cambiando; fue evolucionando. Y además dice, que la educación no puede quedarse, que la educación va a tener que ir evolucionando de acuerdo a cómo evoluciona la sociedad.
Existen seguidores de su obra? ¿Tenemos docentes o investigadores que hayan continuado con su pensamiento?
Yo creo que es la Educación Inicial en general, sin nombres específicos. No hay nadie que se haya puesto a estudiar específicamente a Enriqueta. La que la estudió más de todos nosotros es Marta Demarchi.*
Este año se terminó de imprimir el libro que sacó CODICEN, donde Marta escribió y seleccionó el material. Y se agregó lo del museo para poder hacer ese libro.
Pero en sí una escuela que después se siguiera no; se siguió dentro del Jardín con las directoras que fueron sucediéndola.
Pero el programa del Jardín de Enriqueta se llevó luego al Jardín n. º 214, al n. º 215, y así, se fue extendiendo. Después se habla de las modificaciones, no se cambia de programa hasta «el del pajarito» **, que es del cincuenta y pico.
Ella muere en 1949. Fue después que ella estaba muerta que se cambia el programa, pero siempre tomando lo mismo: atendemos niñas y varones, a la diversidad; los atendemos total y globalmente.
Una cosa que ella dice es que no se debe dejar de trabajar la música. Los niños entraban cantando al Jardín y se iban cantando. La música para ella era todo; era metodología. Dice que el niño que entra feliz al Jardín cantando, y sale del Jardín [cantando], vuelve con más ganas al otro día. Allí estaba el famoso himno, de Enriqueta. Los niños lo cantan maravilloso. La letra está en Estudio y trabajo y en Canciones y juegos de miescuela. Nosotros no se lo hacemos cantar todo porque es muy largo; tomamos una parte.
Y ¿qué pasó? Encontramos la música. La música estaba en un copiador de notas de cuando ella manda a Chile todo lo que hacía. Está la música, pero ella no escribe música como la escribimos nosotros; cifraban de otra manera, con otras notas.
¿Ella hacía la música también?
No, ella nunca hizo las músicas. Ella hacía las letras. Quien hizo las músicas fue María Hazdovaz, una de sus maestras. Es María quien hace toda la musicalización. Y hace el himno y todo. Con decirte que algún exalumno viejito se acuerda; te dicen «había una canción que cantábamos siempre». Hubo que llamar a la Escuela de Música a ver si podíamos hablar con algún musicólogo, y teníamos una psicomotricista, que además toca violoncelo y que consiguió otro musicólogo, junto con una de las maestras, Silvia Palermo. Entre todos vieron cómo cifraban. Y le pusimos una música que se aproximaría a la original, pero no sabemos si es igual. Porque para descifrar eso teníamos que hablar con alguien que hubiera vivido en esa época, y no hay. Capaz que en otra parte del mundo tienen alguna forma.
El Jardín n. º 213 es también un referente para otras carreras como la Licenciatura en Psicomotricidad, donde los estudiantes van a hacer prácticas. ¿Cómo surge esta coordinación?
Eso es desde el año 1994, cuando se hace el primer convenio entre la Universidad dela República la Escuela de Psicomotricidad) y el Consejo. Allí los estudiantes de cuarto año pasan a hacer la práctica con los niños. Ellos ofrecen la práctica y Primaria ofrece los niños y el local, porque tenemos un muy buen local para el cual fue dividido el [salón] multiuso.
La sala se implementó gracias a un regalo del Citybank. Se hicieron los espaldares y toda esa parte de psicomotricidad, y desde ese momento funciona. Después se fue extendiendo; pasó al Jardín de Euskal Erría. Y ahora están yendo también, creo, al Jardín n. º 214 y a algún otro.
¿Cómo afecta este trabajo en la sala de psicomotricidad al trabajo de aula de los maestros? ¿Se perciben cambios en las propuestas?
Apoyan el trabajo de aula... Realmente ayudan.
Hay dos formas de trabajar con los psicomotricistas. Por un lado [está] el maestro que se pone como observador..., y eso le sirve para [conocer] la individualidad de cada uno de sus niños y para tomar cosas que puedan salir, y luego planificar.
La otra forma..., una de las docentes, sobre todo, son dos o tres; hay una [docente] que hizo una investigación... con una de las psicomotricistas, en el año 2008. La docente entra a la sala y trabaja con los niños; no se queda. observando y anotando. La docente no puede dejar a los niños e irse; tiene que estar. Además la docente siempre hace el cierre.
Pero puede ser observadora,e igual hacer el cierre, porque le puede servir observar... A veces cuesta que entren... a todos nos cuesta jugar.
Hay dos modalidades. La otra es entrar y trabajar con los niños; ser una más de las estudiantes psicomotricistas. Y después hacen el cierre todas juntas.
Afecta positivamente en el trabajo... Primero la globalidad, podés detectar muchísimos problemas; pero tenés que estar allí. Hay acuerdos: la parte docente, el cierre, tiene que hacerlo el maestro con alguna actividad; tiene que planificar qué va a hacer ese día, tiene que planificarlo. A veces tiene que cambiarlo,de acuerdo a lo que vio en la sala, hacer otra cosa, porque surgen problemáticas. Es una vuelta a la calma, que puede partir de la situación.
Hay un intercambio muy fluido con las psicomotricistas. El único problema es que no pueden cubrir todo; no da la cátedra. Entran dos grupos de estudiantes y, además, no es un estudiante que hace práctica por grupo, son varios. Se trata de cubrir muchos niños, porque la psicomotricidad tiene muchos riesgos. Por grupo, hay cuatro o cinco estudiantes que están a cargo. La profesora observa e interviene; pero los deja a ellos trabajar
¿Cómo fue la relación de Enriqueta con las autoridades de la época?
Ella tuvo apoyo porque exigía apoyo; la respetaban mucho.
Uno... al ir leyendo se da cuenta de que ella no se queda con lo que las autoridades le dicen, sino que las enfrenta.
En un momento, por ejemplo, le mandan pedir que mande la lista de repetidores. (Nosotros lo tenemos separado eso en el libro, porque está muy bien). Y ella le contesta al Inspector que no tiene lista. Directamente no la manda... Le vuelven a insistir… dos o tres veces. Manda una carta brutal [sobre] el desconocimiento de ese inspector de lo que es el Jardín: porque en el Jardín no hay repetición «y no va a haber nunca», dice ella. No puede mandar la lista de repetidores. Ella enfrentaba a las autoridades; no la molestaban.
En otro momento está en Buenos Aires, por ejemplo, y le dicen que tiene que volver. Ella les contesta desde allá; que no va a volver porque ella trabajó tantos días de más y tantas horas de más, y el Consejo de Instrucción Pública nunca le había dado esos días. Ella se los tomó. Y nadie le dice nada... Inspiraba respeto.
Era muy apreciada; pasa después a los Institutos Normales como su directora. Después decide volver [al Jardín] porque lo que le gusta realmente son los niños e investigar en su ámbito, en su Jardín.
Ella tenía un relacionamiento muy fuerte con todo el mundo, porque ella era fuerte. Pero al mismo tiempo, era una mujer muy querida.
Para las autoridades se ve que era muy querida; no la sacaban. Siendo una mujer, en aquel momento, la podían sacar.
La respetaban muchísimo. La prueba está en que la mandan a estudiar a Europa, junto a Figueira. La mandan sola; es la única mujer que va.
¿Cómo fue el vínculo de Enriqueta con la comunidad?
Fue muy bueno. La respetaban mucho; la querían mucho.
A principio, ella dice en uno de los libros, no fue un lugar muy querido. Cuando ella abre el Jardín, en la zona de la Aguada, tuvo dos fuerzas. Por un lado, los padres de las clases más bajas, que pensaban que sus hijos iban solo a jugar (lo mismo que nos pasa a nosotros), y no los quieren enviar. Ella hace todo un trabajo y empiezan a entrar niños.
Por otro lado, las clases altas que piensan que los niños se van a atrofiar psíquicamente porque es muy temprano para hacerlos estudiar, porque piensan que van a estudiar.
Pero después de esas primeras generaciones que le costó hacer ingresar, empieza con muy pocos, al otro año, son colas que tiene, porque los padres ven realmente lo que es la institución, la libertad que hay y cómo se van formando Y así empiezan a venir de todo Montevideo; y quedan niños afuera y cada vez tiene más clases. Y por eso le van extendiendo las edades, porque los padres quieren que sus hijos sigan allí.
Con la comunidad tuvo muy buen relacionamiento. A pesar de que era una mujer que imponía respeto. Y todos la imaginamos grande, pero era muy pequeñita. No era una mujer alta: era de estatura media; no era corpulenta, sino gordita como la época ameritaba; no existían las mujeres delgadas; no era una matrona de época.
Tuvo una relación muy buena con los niños, porque [los exalumnos] hasta el día de hoy se acuerdan de ella. Quedan todavía algunos de sus exalumnos vivos. Nosotros tuvimos la suerte... En uno de los videos nosotros lo tenemos, dos de sus alumnos, que ya eran viejitos, uno murió hace dos años, pero alcanzó a ir [al Jardín] y nos regaló un mantelito que tenemos [en el museo]. Era de uno de los exalumnos, que murió ahora.
La querían muchísimo. Ellos nos contaban que era una mujer tan dulce,a pesar de que era muy recta. Yo pienso que eso era de época, el ser así, realmente en las escuelas se era así. Pero tenía afecto.
Ella en Lecciones de mi escuela habla de que no castiga. El castigo en la escuela no podía existir.
Habla mucho con los niños; habla permanente. Pasa algo y habla.
En Lecciones de mi escuela [cuenta que] hasta investiga un robo. Ella lo descubre.
Su trabajo era hasta ese grado. Trae al ladrón; lo hace entrar a la casa, sin miedo ninguno, para que devuelva un reloj que había robado del escritorio de un maestro.
Era una mujer muy especial, y muy fuerte. ¡Había que vivir sola en esa casa! Vivió sola muchos años. Era soltera. Nunca tuvo una pareja... No hay nada escrito, ni en sus memorias... hay cartas a amigos, postales que le mandaban compañeras...
Después vive con su hermano, cuando queda viudo, y sus dos sobrinas, que fueron maestras, las dos de Inicial. Hay dos salones con dos plaquitas (en cada uno] [con sus nombres].
Pero por muchos años vivió sola en esa casa. Abajo estaba el Jardín. Sin nada alrededor. No había ni una casa alrededor. [El edificio] no tenía muros.
No había calles laterales y no pasaba tránsito. Solo la calle del Jardín, que antiguamente se llamaba Córdoba; era por donde pasaban los carruajes. Después cuando se hacen las calles laterales, ella explica cómo hacen la salida para que los niños no tengan peligro; los maestros los acompañaban hasta la esquina y después volvían.
Por muchos años vivió sola allí en esa casa que era abierta. Tenía plantado rosales y muchas plantas alrededor; lo dice en Lecciones de mi escuela.
Tenía... los exalumnos nos dijeron cuando vinieron... Nos contaron que del lado del fondo, en donde está el [salón] multiuso, en donde ahora están las jaulas, que no son de la época de ella, son posteriores, allí no había nada. Había una laguna con patos. Hay una foto arriba [en el museo] de los patos. La laguna todavía existía después que ella se fue.
Del otro lado del multiuso, tenía criadero de gusanos de seda. Esto no está en los libros. Ella criaba gusanos de seda que los niños cuidaban. Está ese acercamiento a la ciencia que ella hacía. La investigación-acción que el niño hacía tocando las cosas, permanentemente.
El programa con el que ella trabajaba ¿qué características generales tenía?
Trabajaba varias materias: Moral y Ética era una. Tenía seis materias; esto está en Estudio y trabajo.
Allí está el programa: una era Gimnasia (la Educación Física), otra, Moral, Matemática, Lengua, Música, que no faltaba, otra se relacionaba con lo motriz.
En Estudio y trabajo están los programas y cómo fueron cambiando.
Cuando trabajaba con los niños: se preocupaba cómo aprendían y también por enseñar?
Ella tenía a los estudiantes [magisteriales]; era además profesora de la práctica. [En el Jardín] se hacía la práctica desde su época. Esto es importante destacarlo: formó a los maestros, los primeros y los otros.
[Los niños] aprendían numeración, medidas, contenidos que nosotros enseñamos actualmente.Los niños aprendían lectura, ya en primero o en cinco.
Cuando empieza el Jardín [tenía] la clase de tres a cuatro, la clase de cuatro a cinco, la clase de cinco a seis, la clase de seis a siete, con eso empieza. Y la clase preparatoria; ¿qué es la clase preparatoria?: la que nivela al niño que, por ejemplo, entró en cinco y no en tres, al nivel que tiene que tener para después ponerlo con los otros.
[Enriqueta] no llevaba niños a jugar, como se piensa... sino que enseña; por eso es que discute que [el Jardín] es la primera Escuela Nueva.
Es la diferencia con Froebel, que se acercaba a los niños para la parte de juego, de canto y de música. Ella agrega todas las materias.
* CODICEN publicó este año, de Marta Demarchi: Maestra militante de la vida: Enriqueta Compte y Riqué, [de la serie «Clásicos de la educación uruguaya»]. El libro incluyegráficas, con el permiso de su autor: las imágenes que forman la línea de tiempo son autoría del señor Castro.
** Hace referencia al Programa para clase jardinera, que en su tapa tenía la imagen de un pájaro.